Ure dead u asshole

Y ahí esta ella, redondita y callada, perfilando su destino. Creo que no hace falta decir que sus pequeñas porciones color rojizo con semillas del tamaño de un gramo de anís la hacen parecer a lo que vulgarmente denominamos tomate.
Debajo de esta loca verdura, grandes filamentos de lácteos se desparraman por la masa finamente calibrada, charlando de vez en cuando con sus amigachos con forma de, también, pequeños paneles anaranjados-rosita cortados con la sutileza con la que un árabe rebana una serpiente usando un bonete gracioso con puré en al punta. Algo así como una fiesta nocturna entre quesos y jamones, pero sin alcohol y música con mucho bombo.

Ahí está ella, con miedo, respirando frágilmente. Su condición de alimento perecedero la hace vulnerable a las garras de mi plena jornada de estudio.

Y si nena...ya prendí el horno.