Try your best

El cohete estalló en mil pedazos en medio del espacio galáctico. El Teniente Primero intentaba agarrarse fuertemente en vano de la escotilla sintiendo el potente vacío sobre su cuerpo. El resto de la tripulación se esparcía por las constelaciones a miles de kilómetros por hora. Lo único que los mantenía conectados eran sus transmisores.
"Carl...Carl, ¿estás ahí?"- preguntó el técnico de la sala de operaciones.
A unos 200 metros se oyó claramente su respuesta.
"Si...si...por dios, ¿qué pasó con la nave?".
"No se...esos meteoritos no figuraron en el radar"- respondió Marco mirando como sus reservas de energía se consumían lentamente.
"Dios santo, no entiendo como seguimos con vida después de semejante impacto" - se cuestionaba el técnico.
"¿Nos salvarán acaso?" - pensaba con miedo Marco, sabía que debía volver y cumplir su promesa con Sara.
A todo esto, el Teniente, que aún sujetaba la escotilla con la esperanza de rearmar su nave y salvar a sus tripulantes, rompió el silencio con un grito arrollador.
"¡Ey!...... ¡Ey!.... ¡miren carajo!.... ¡viene alguien, estamos salvados la puta madre!".
Desde la Tierra, un gomón gigante con forma de Patito salió disparado, acercándose hacia ellos a una velocidad extrema. Su goma de caucho había podido resistir la demoledora capa de ozono.
"¡¡¡Qué carajo!!!" - gritaron con miedo los tres al unísono.
El gomón golpeó fuertemente el casco protector de Marco, abriendo parte del mismo permitiendo la filtración de aire, con la consecuente muerte del hombre, sofocado y triturado por el potente vacío galáctico.
"¡¡LA CONCH...!!" - lloraba Carl a pocos metros del cuerpo flotante de su amigo. El Teniente miraba atónico sujetado a la escotilla principal.


Simultáneamente, en la Tierra, en la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de Pergamino, un padre en lo playito reconoció haber tirado con mucha fuerza el gomón del nene....supo que le acababa de cagar el día de pileta a la familia y que ahora debían conformarse con los flota-flota y los alfajorcito de maicena de la tía Greta.

¡Bitlshus Bitlshus Bitlshus!

Por dios que rico que es el pan con manteca y miel. Si me llego a encontrar alguna lámpara en alguna alcantarilla, la frotaría y le pediría al mago de las cloacas que me transforme el Alto Palermo en un inmenso pedazo de pan lactal, el obelisco en un mega-cuchillo tramontina, toda la flota de bondis del 29 en gigantes barras de manteca y las nubes en panales gigantes expendedores de lluvias amieladas.

Dios que fiesta me haría.

Evolución

Un caracol se tomó el dia y se fue a ver Duro de Matar 4.0. En medio de la función se irritó por unos pendejos rompebolas que jodían y escupían al rayomortífero del proyector, dando esa sensación de cometa cósmico cuando éste gargajo rozaba el haz de luz.
El crustáceo, encabronado, agarró un pochoclo, puso cara de Bruce Willis y se lo incrustó en la sien a uno, mientras que con la pajita de su coca le perforó el oído al otro.
La función terminó, y el caracol, estresado, se tomó un bondi a su casa luego de haber dejado una queja en el buzón de sugerencias del complejo.